JOSÉ SALAZAR
NOTICIAS
La naturaleza está llena de misterios. En las costas de Chiapas son pocos los lugares conocidos y abiertos al turismo. Escondido como un tesoro resguardado por la espesura del manglar y los pobladores del lugar, se encuentra este hermoso paisaje lleno de misterio, cuya agua de color rojizo y baja salinidad, han propiciado el paraíso perfecto para las especies marinas.
Aquí, bajo el cielo azul el águila que surca los aires, en un instante se deja caer a gran velocidad para sumergir sus garras en el agua y atrapar un pez que devora en la copas de los árboles. A un kilómetro, el cocodrilo flota, se asolea como dueño y señor del canal.
En la vegetación destaca el robusto, de corteza gruesa y en cuyas hojas blandas por la parte de abajo se aprecia la sal, principalmente en el mes de octubre cuando hay más humedad, dice José Luis Ordóñez, un pescador de esta zona del estado.
Único en esta región, el mangle conocido como El Madresal, le sirve de nombre al proyecto ecoturístico que iniciarán 51 pescadores, después de varios intentos fallidos para criar camarón.
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La naturaleza está llena de misterios. En las costas de Chiapas son pocos los lugares conocidos y abiertos al turismo. Escondido como un tesoro resguardado por la espesura del manglar y los pobladores del lugar, se encuentra este hermoso paisaje lleno de misterio, cuya agua de color rojizo y baja salinidad, han propiciado el paraíso perfecto para las especies marinas.
Aquí, bajo el cielo azul el águila que surca los aires, en un instante se deja caer a gran velocidad para sumergir sus garras en el agua y atrapar un pez que devora en la copas de los árboles. A un kilómetro, el cocodrilo flota, se asolea como dueño y señor del canal.
En la vegetación destaca el robusto, de corteza gruesa y en cuyas hojas blandas por la parte de abajo se aprecia la sal, principalmente en el mes de octubre cuando hay más humedad, dice José Luis Ordóñez, un pescador de esta zona del estado.
Único en esta región, el mangle conocido como El Madresal, le sirve de nombre al proyecto ecoturístico que iniciarán 51 pescadores, después de varios intentos fallidos para criar camarón.
DE CÓMO SURGE LA IDEA
Tras el fracaso en la crianza de camarón, los pescadores decidieron abrir un canal para darle mantenimiento a la playa; con ello surgieron muchas ideas y se colocó una palapa. No pensamos que fuera a dar resultados como proyecto, dicen.
El proyecto ecoturístico El Madresal comenzó un primero de enero de 1997, cuando se constituyeron como sociedad cooper ativa mediante un acta constitutiva que se realizó en la presidencia municipal.
Nunca pensamos que esto fuera a dar resultados -asegura José Luis -. En un año y ocho meses hemos dado pasos agigantados, esperamos continuar con la conservación de manglares que generan con el programa de limpieza de playas (PET) 100 empleos directos, 49 de la comunidad y 51 de las personas que trabajan en el proyecto.
La pesca dejó de ser una forma subsistir, comenta Pragedis Vásquez Ramos, lanchero encargado de pasar a los visitantes a la zona de playa y pasearlos en el canal. En esté lugar escondido a 35 kilómetros en el poblado Manuel Ávila Camacho, en el municipio de Tonalá, la diversidad de aves de la costa han encontrado en las copas de los árboles el lugar idóneo para anidar.
En el poblado, un pedazo de tabla indica que a 600 metros se encuentra el Centro Ecoturístico. El tiempo ha pasado, del letrero que indicaba el lugar ha quedado atrás, en el camino a “El Madresal”, se pasa zonas que sirven para que el ganado paste, al llegar a el lugar hay un pequeño letrero que da la bienvenida, varios carros estacionados y algunas lanchas.
Mientras esperamos parados en el pequeño muelle, llega el señor Pragedis Vásquez, con una gorra azul, de piel morena, mirada profunda y voz suave. Colgada en su cuello sobresale una cadena de oro.
Enciende el motor de su lancha y comienza a contar: miren el arco de manglar. Miguel Abarca, reportero gráfico de NOTICIAS, no pierde detalle con su cámara. Comenta: “por esto vale la pena el viaje.”
El lanchero rompe el silencio, de nuevo: “estamos atravesando el canal donde se puede pescar, pero no nadar, debido a las corrientes y los cocodrilos que habitan de forma natural en esta zona…”
CAMINO DE PALMA
Hemos atravesado el canal. Al atracar la lancha se puede observar a los cangrejos que se asoman en las raíces del manglar.
–¿Esos cangrejos se comen?
Pues no hemos tenido la necesidad de eso -responde Pragedis-.
Continuamos rumbo a la playa en un camino que para donde que se voltee, se puede observar la palma que se utiliza para el techos de casas y palapas.
En la zona hay ocho cabañas en construcción que podrían estar listas antes de diciembre para brindar hospedaje, dos palapas con servicio para 2oo comensales -una ya está en funcionamiento- y se puede disfrutar de una lisa en sus dos especialidades: asada y al orno. Hay camarones, róbalo, guachinango, cocktail de camarón.
Caminar en la playa y encontrar conchas en lugar de basura, es una experiencia digna de recomendar.
En El Madresal está prohibida la contaminación auditiva y las botellas plástico, que tanto daño hacen a la naturaleza. “Los compañeros respetan el medio ambiente y saben que estas acciones son por el bien de la comunidad y de nuestros hijos.”
Esto fue difícil porque tenían la inquietud de hacer un proyecto ecoturístico y desconocíamos la cantidad de beneficios y compromisos que se tienen que hacer para alcanzar los niveles de conservación.
Las preocupaciones de los que trabajan en el proyecto son crear empleos temporales para concienciar a tres mil personas, “a quienes se les tiene que educar en la cultura de la conservación y contar con el apoyo para realizar un desasolve de esteros.”
Concientes de que la pesca dejó de ser una forma de sostener a sus familias los 51 pecadores que trabajan en El Madresal, laboran de 9 de la mañana a 6 de la tarde para cumplir con un proyecto que apuesta al ecoturismo.
–Estamos ofreciendo al turista naturaleza virgen-dicen orgullosos.